El presidente ejecutivo de Volkswagen, Oliver Blume, ha declarado que la empresa está obligada a implementar un programa de reducción de costos debido a «décadas de problemas estructurales» que han afectado su operación. En una reciente entrevista con el periódico Bild am Sonntag, Blume señaló que la disminución de la demanda en el mercado europeo y los bajos márgenes de beneficio en China son indicativos de la crisis que enfrenta el fabricante alemán de automóviles.
La situación es crítica, ya que se estima que Volkswagen cerrará al menos tres fábricas en Alemania, lo que resultará en el despido de decenas de miles de empleados. La jefa del comité de empresa de Volkswagen confirmó estos planes, subrayando que la reestructuración es más profunda de lo esperado. Aunque la compañía aún no ha hecho oficial esta decisión, ya ha instado a sus trabajadores a aceptar una reducción salarial del 10%, argumentando que esto es esencial para mantener la competitividad y proteger los empleos restantes.
Blume enfatizó que el alto costo de operar en Alemania se ha convertido en un obstáculo significativo para la competitividad de Volkswagen. «Nuestros costos deben reducirse de forma masiva», afirmó, y subrayó que no hay flexibilidad en los objetivos de reducción de costos, aunque sí en las estrategias para alcanzarlos. Este enfoque agresivo en la reducción de gastos refleja la presión que enfrenta la automotriz en un entorno de mercado desafiante.
Para ejecutar estas medidas, Volkswagen ha destinado aproximadamente 900 millones de euros (975 millones de dólares) en su informe anual, lo que indica un compromiso financiero considerable para enfrentar la reestructuración. La decisión de cerrar fábricas y despedir personal marca un cambio significativo en la historia de la compañía, que ha sido un pilar de la industria automotriz en Alemania y Europa.
Créditos de la Nota |
Redacción: Quadro24
Fuente: Reuters
Fotografía: Archivo