El caso de S.M., una mujer nacida en 1965 incapaz de sentir miedo debido a una rara condición médica, ha proporcionado a los científicos una oportunidad única para comprender mejor cómo el cerebro procesa esta emoción fundamental.
S.M. padece la enfermedad de Urbach-Wiethe, que provocó la calcificación y consecuente daño de su amígdala cerebral, una estructura clave en el procesamiento emocional. A pesar de mantener una inteligencia normal y funciones cognitivas intactas, S.M. mostró una incapacidad singular para reconocer y experimentar el miedo.
En un estudio publicado en 2010, los investigadores sometieron a S.M. a diversas situaciones diseñadas para provocar miedo:
- Exposición a serpientes y arañas vivas
- Visita a una supuesta casa embrujada
- Visualización de películas de terror
En ninguna de estas situaciones S.M. mostró signos de miedo. Por el contrario, exhibió curiosidad y entusiasmo, especialmente al interactuar con las serpientes y explorar el edificio supuestamente embrujado.
Este caso ha permitido a los científicos localizar con mayor precisión el papel de la amígdala en el procesamiento del miedo. Se ha descubierto que esta estructura cerebral:
- Supervisa constantemente el entorno en busca de señales de peligro
- Registra estímulos de importancia biológica (como serpientes o arañas)
- Se activa también ante estímulos positivos relevantes para el individuo
- Participa en la identificación de expresiones faciales de miedo
- Contribuye a aspectos más complejos como la atención y la cognición social
El estudio de S.M. no solo ha ampliado nuestra comprensión sobre cómo el cerebro procesa el miedo, sino que también abre caminos para posibles tratamientos de trastornos relacionados con esta emoción, como las fobias o el trastorno de estrés postraumático.
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Redacción: Quadro24
Fuente: The Conversation / BBC News Mundo
Fotografía: Getty Images