Un lamentable suceso ocurrió recientemente en la Catedral Metropolitana de San Luis Potosí, cuando una persona en aparente estado de intoxicación causó daños significativos a una valiosa pieza de arte religioso. La escultura de San Pablo, que data de hace más de dos siglos, fue derribada y sufrió considerables desperfectos, según informó Tomás Cruz Perales, vocero del arzobispado local.
El incidente pone de manifiesto la vulnerabilidad del patrimonio cultural albergado en espacios públicos. A pesar de la naturaleza del acto, la iglesia optó por no presentar cargos contra el individuo responsable, reconociendo que posiblemente padece problemas de adicción. Esta decisión refleja la postura compasiva de la institución religiosa frente a las complejidades sociales que enfrenta la comunidad.
La restauración de la escultura dañada recaerá en manos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), entidad especializada en la preservación del patrimonio cultural mexicano. Se anticipa que el proceso de restauración podría implicar un costo elevado, dada la antigüedad y el valor histórico de la pieza. Este evento subraya la importancia de la conservación del arte sacro y los desafíos que conlleva mantener los espacios religiosos abiertos al público general.
A pesar del incidente, el arzobispado ha reafirmado su compromiso de mantener las puertas de la catedral abiertas para todos los feligreses y visitantes. Cruz Perales enfatizó que no se implementarán medidas restrictivas para el ingreso, manteniendo así la tradición de la iglesia como un espacio de acogida y reflexión para toda la comunidad, independientemente de su condición social o personal.
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Redacción: Quadro24
Fuente: Comunicados del Arzobispado de San Luis Potosí
Fotografía: Archivo de la Catedral Metropolitana de San Luis Potosí