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Economía mexicana enfrenta desaceleración y creciente incertidumbre

La segunda economía más grande de Latinoamérica está experimentando una desaceleración más pronunciada de lo previsto, a pesar del incremento en el gasto público durante la primera mitad del año. Diversos factores, tanto internos como externos, están contribuyendo a esta ralentización, generando preocupación entre analistas y ajustes en las proyecciones de crecimiento para el 2024.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha reducido por segunda vez su perspectiva de crecimiento para México, situándola ahora en un 2,2% para finales de año. Esta cifra contrasta con el optimista 2,5% proyectado por el gobierno mexicano y representa una notable desaceleración respecto al 3,2% alcanzado en 2023. La caída en la producción manufacturera y el consumo, junto con la disminución en la creación de empleos formales, son indicadores clave de esta tendencia a la baja.

Janneth Quiroz, directora de Análisis de Monex, señala que las expectativas de un fuerte crecimiento impulsado por el incremento del gasto gubernamental y las campañas electorales no se materializaron como se esperaba. El Producto Interno Bruto (PIB) creció un modesto 1,9% en el primer trimestre de 2024 comparado con el mismo período del año anterior, marcando la sexta desaceleración trimestral consecutiva según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

La inflación juega un papel crucial en esta desaceleración económica. En junio, la inflación general alcanzó un 4,98%, su punto más alto en lo que va del año, con algunos alimentos experimentando aumentos de hasta 130%. Este incremento en los precios, atribuido en parte a condiciones climáticas adversas como sequías e inundaciones, ha impactado significativamente el poder adquisitivo de los consumidores mexicanos.

De cara al futuro, la atención se centra en el sector externo. La desaceleración económica en Estados Unidos, principal socio comercial de México, ya está afectando la demanda de productos mexicanos. Además, la incertidumbre generada por las próximas elecciones presidenciales en ambos países añade un factor adicional de preocupación, especialmente considerando la retórica anti-México de algunos candidatos estadounidenses.

En este contexto de creciente incertidumbre, tanto analistas como inversionistas mantienen una postura cautelosa. La evolución de la economía mexicana en los próximos meses dependerá en gran medida de factores como la recuperación del consumo interno, el comportamiento de la inflación y el desenlace de los procesos electorales en ambos lados de la frontera.

Créditos de la Nota |
Redacción: Quadro24
Fuente: El País
Fotografía: Marco Ugarte (AP)

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