La carrera presidencial estadounidense ha dado un giro inesperado en las últimas semanas. La candidata demócrata Kamala Harris ha logrado revertir la tendencia que favorecía a Donald Trump, inyectando nueva energía a la campaña y generando entusiasmo entre las bases del partido. En apenas 20 días desde que el presidente Joe Biden anunció su retiro de la contienda, Harris ha logrado cambiar el panorama electoral de una derrota casi segura a una competencia reñida.
Según las encuestas más recientes, Harris ha tomado una ligera ventaja en estados clave como Michigan, Wisconsin y Pennsylvania. La encuesta nacional de Marquette University muestra a Harris adelante por 6 puntos porcentuales (53% contra 47%). Este cambio en las preferencias electorales ha sorprendido incluso a estrategas republicanos como Karl Rove, quien reconoció que la campaña de Trump está «tambaleándose» por primera vez este año.
La elección de Tim Walz como compañero de fórmula ha sido un factor crucial en este repunte. Walz, conocido por su defensa de derechos laborales, civiles y ambientales, ha ayudado a movilizar a las corrientes liberales y progresistas del partido. Los mítines de Harris y Walz están atrayendo a decenas de miles de personas, reflejando un renovado entusiasmo entre los demócratas.
Sin embargo, Harris enfrenta desafíos significativos. Deberá consolidar estas tendencias en los 90 días restantes de campaña y construir una imagen política duradera que resista los ataques sobre temas como la frontera y la seguridad. Además, tendrá que abordar las preocupaciones de grupos progresistas, especialmente en temas como el apoyo a Israel, que ha generado protestas en algunos de sus eventos. La gestión de estos retos será crucial para mantener el impulso y asegurar el apoyo de votantes jóvenes y progresistas, fundamentales para una victoria en noviembre.
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Redacción: Quadro24
Fuente: AFP, Cortesía EFE
Fotografía: AP y AFP