China ha intensificado las tensiones comerciales con la Unión Europea al imponer medidas «antidumping» temporales sobre las importaciones de brandy europeo, en lo que parece ser una represalia directa contra los recientes aranceles de la UE a los vehículos eléctricos chinos. Esta decisión afecta principalmente a reconocidas marcas francesas como Hennessy y Remy Martin, poniendo en jaque un mercado valorado en 1.700 millones de dólares anuales.
El Ministerio de Comercio chino justificó la medida alegando que una investigación preliminar reveló que el «dumping» del brandy europeo amenaza con causar «daños sustanciales» a la industria local. A partir del 11 de octubre, los importadores de brandy de la UE deberán depositar fianzas que oscilan entre el 34,8% y el 39% del valor de importación, una medida que el sector francés considera un claro acto de represalia.
La respuesta de Francia no se hizo esperar. El Ministerio de Comercio francés calificó las medidas como «incomprensibles» y contrarias al libre comercio, anunciando su intención de colaborar con la Comisión Europea para impugnarlas ante la Organización Mundial del Comercio. El presidente Emmanuel Macron fue más allá, describiendo la investigación china sobre el coñac como «pura represalia».
Esta disputa comercial no se limita al brandy. China también ha anunciado una investigación en curso sobre productos porcinos de la UE y está considerando aumentar los aranceles a las importaciones de vehículos con motores grandes, una medida que afectaría principalmente a los fabricantes alemanes. Estas acciones se suman a un panorama de crecientes tensiones económicas entre China y la Unión Europea.
El trasfondo de este conflicto es la decisión de la UE de imponer aranceles a los vehículos eléctricos fabricados en China, prevista para finales de octubre. La Unión Europea argumenta que estos aranceles son necesarios para preservar la igualdad de condiciones en el mercado, mientras que China los ve como una medida proteccionista.
Este intercambio de medidas comerciales punitivas pone de manifiesto la fragilidad de las relaciones económicas entre China y la UE, y plantea interrogantes sobre el futuro del libre comercio entre estas dos potencias económicas. Mientras tanto, industrias clave como la del brandy y la automovilística se encuentran en el fuego cruzado de esta escalada comercial, enfrentando incertidumbre y potenciales pérdidas significativas.
Créditos de la Nota |
Redacción: Quadro24
Fuente: Agencias internacionales, Ministerio de Comercio de China, Ministerio de Comercio de Francia
Fotografía: Especial