Aquella mañana en la Ciudad de México, la tranquilidad del Paseo de la Reforma se rompió de golpe. Un rumor crecía con rapidez y tomaba por sorpresa a los transeúntes y a las redes sociales: el Ángel de la Independencia, uno de los monumentos más icónicos del país, se había desplomado. No era para menos, las imágenes que circulaban mostraban una escultura dorada yaciendo en el suelo, rodeada por curiosos y personal de seguridad. La noticia explotó como pólvora. “El Ángel se cayó”, repetían titulares improvisados, avivando la confusión. Sin embargo, la verdad no tardaría en salir a la luz, y, para muchos, el alivio sería inmediato.
Lo que realmente había ocurrido ese día no era una nueva tragedia, sino una escena del cine. La escultura caída no era el auténtico Ángel de la Independencia, sino una réplica creada para una película del director José Manuel Craviotto. En medio de la confusión, él mismo fue quien desmintió los rumores en redes sociales, aclarando que se trataba de una réplica hecha de goma y poliuretano, parte de una secuencia que recreaba el colapso real del Ángel durante el terremoto de 1957. «Estamos filmando una película, el Ángel está bien», dijo Craviotto, calmando a una audiencia desconcertada.
Este incidente cinematográfico evocó recuerdos del terremoto del 28 de julio de 1957, cuando un sismo de magnitud 7.8 sacudió violentamente la Ciudad de México. En aquella ocasión, el Ángel de la Independencia —una escultura de siete metros de altura y siete toneladas de peso— cayó desde lo alto de su columna, dejando a los capitalinos impactados por la destrucción del símbolo de la victoria alada que había sido testigo silencioso de tantas historias del país. La restauración de la escultura tomó 14 largos meses, y finalmente fue reinaugurada en 1958, con refuerzos que la han mantenido firme hasta nuestros días, soportando otros temblores como los de 1985 y 2017.
El caos generado por la réplica cinematográfica no solo puso en evidencia el poder de la imagen y el rumor en la era digital, sino también el profundo significado que el Ángel de la Independencia tiene para los mexicanos. Este símbolo de victoria, libertad y orgullo nacional ha sido testigo de innumerables manifestaciones, celebraciones y momentos clave en la historia del país. Y aunque en esta ocasión la caída fue ficticia, el revuelo causado demostró lo mucho que este monumento representa para la identidad de la ciudad y de la nación.
Más allá de la anécdota, la película que Craviotto está rodando revive un episodio doloroso de la historia del país. En 1957, no solo se cayó el Ángel, sino que el terremoto dejó un saldo de 160 muertes en todo México, afectando gravemente la Ciudad de México y otras áreas como Guerrero, donde los daños fueron particularmente severos. Miles de personas perdieron sus hogares y edificios icónicos de la capital sufrieron grietas y colapsos. Aquella fue una de las primeras grandes tragedias sísmicas de la ciudad, y su recuerdo se mantuvo latente, especialmente después de otros sismos devastadores.
La réplica caída, entonces, no solo desató el caos en redes sociales por un malentendido, sino que también trajo a la memoria colectiva una historia que no se debe olvidar. Mientras la producción cinematográfica sigue adelante, el verdadero Ángel continúa vigilando desde lo alto, como un recordatorio constante de la resiliencia del pueblo mexicano ante las adversidades.
Créditos de la Nota |
Redacción: Quadro24
Fuente: Comunicado del director José Manuel Craviotto, Archivo Histórico de la Ciudad de México, Secretaría de Cultura de la Ciudad de México
Fotografía: Archivo El Universal, Secretaría de Cultura de la Ciudad de México