En un movimiento significativo, la Fuerza de Tarea Conjunta Alpha (JTFA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha ampliado su alcance desde la frontera con México hasta el Tapón del Darién, en Colombia y Panamá. Esta unidad especializada, creada por el gobierno de Joe Biden en 2021, tiene como objetivo principal desmantelar redes de tráfico humano que operan en Centroamérica y México, y ahora se enfrenta al desafío del creciente flujo migratorio desde Sudamérica a través de la peligrosa selva del Darién hacia Estados Unidos.
Desde su creación, la JTFA ha colaborado estrechamente con agencias federales estadounidenses y gobiernos centroamericanos para identificar y arrestar a líderes de organizaciones criminales dedicadas al contrabando de migrantes. El grupo no solo se centra en la captura de traficantes, sino también en la recolección de pruebas sólidas para asegurar condenas efectivas en cortes de Estados Unidos.
Jim Hepburn y Ian Hanna, codirectores de la JTFA, destacan que la tarea no se limita a operativos de arresto, sino que incluye una estrategia integral de colaboración regional. Han obtenido resultados significativos, como la histórica extradición y condena de cuatro guatemaltecos implicados en la muerte de Marta Raymundo, víctima de las duras condiciones durante su travesía hacia Texas.
Sin embargo, críticos como Adam Isacson de WOLA señalan que la efectividad de la JTFA podría estar limitada si no se aborda la corrupción dentro de las estructuras gubernamentales en la ruta migratoria. Además, la expansión al Darién plantea nuevos desafíos debido a la complejidad y peligrosidad de la región, donde grupos criminales como el clan del Golfo tienen una influencia significativa.
La iniciativa de EE.UU. también enfrenta escepticismo respecto a su impacto real en la reducción del tráfico humano, especialmente frente a un sistema migratorio estadounidense criticado por su falta de vías legales accesibles para migrantes en busca de trabajo no calificado.
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Fuente de la imagen, AFP